La Voz del Tango Su voz llevó el tango desde los arrabales de Buenos Aires a París, Nueva York y el resto del mundo, donde aún hoy se lo considera el mejor: El Mudo, el Morocho del Abasto. Como legado, dejó cientos de grabaciones discográficas y una veintena de películas y musicales donde actuó. Fue el pionero del estilo de «tango canción» y la realización de vídeos musicales. Un Ícono del Tango Ninguna otra figura del tango concitó un interés comparable ni dio lugar a tantas y tan exhaustivas investigaciones, desde los datos de filiación (¿nació en Francia o en Uruguay?) hasta las grandes anécdotas de su carrera. Cada episodio agiganta su figura y exalta al ídolo. Los Inicios de Carlos Gardel Charles Romuald Gardes se crió en una pieza de conventillo en la calle Uruguay 162 y luego en una pensión de Corrientes 1553. La proximidad de los teatros le valió muy temprano cierta familiaridad con el medio artístico. Ganó fama cantando en el vecindario, pero de 1905 a 1910 su rastro se pierde entre datos fragmentarios o inexistentes. Recién reaparece en el Abasto, donde conoció al guitarrista José Razzano y nació un dúo legendario, que debutó formalmente a fines de 1913 en el Armenonville. El Dúo Gardel-Razzano Carlos Gardel, el artista de tango que «cada día canta mejor», como asegura el refrán popular. Durante los años que siguieron, el dúo desplegó su cancionero criollo en escenarios porteños y en giras. En agosto de 1915, a bordo del buque Santa Isabel, rumbo a Brasil, coincidieron con el célebre tenor italiano Enrico Caruso, que los escuchó cantar y reparó en “la bella voce del morettino” (el morochito). Un Gesto Fundante Su grabación del tango Mi noche triste, con acompañamiento del guitarrista José Ricardo, es el gesto fundante de un género íntegro. Con los versos de Pascual Contursi sobre música de Samuel Castriota, Gardel inaugura el «tango-canción» de carácter sentimental, por contraposición a la tradición del pícaro tango criollo.